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Reflejo de luz pupilar (PLR)

Un resumen histórico

El reflejo de luz pupilar (PLR) es un fenómeno ampliamente conocido durante muchos años.

Lowenstein y Friedman (1942) mostraron que, en respuesta a la luz, la pupila se contrae después de un período de latencia y que, la duración de este período, la amplitud de la respuesta y la velocidad de la constricción pupilar dependen de la intensidad del estímulo utilizado. Estos hallazgos fueron confirmados posteriormente por Alpern et al. (1963), Feinberg y Podolak (1965) y Lowenstein y Loewenfeld (1969).

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CONTROL AUTONOMICO DE LA PUPILA

Nervios autónomos para los ojos. El ojo está inervado por fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas (fig. 1 y 2). Las fibras parasimpáticas preganglionares surgen en el núcleo de Edinger-Westphal (tercer nervio craneal) y luego pasan en el tercer nervio al ganglio ciliar, que se encuentra detrás del ojo. En este punto, los axones preganglionares hacen sinapsis con las neuronas parasimpáticas posganglionares, que a su vez proyectan sus fibras hacia el globo ocular a través de los nervios ciliares. Estos nervios estimulan: 1) el músculo ciliar que controla el enfoque de la lente del ojo y 2) el esfínter del iris que contrae la pupila.

La inervación simpática del ojo se origina en las células del asta intermediolateral del primer segmento torácico de la médula espinal. Desde este punto, las fibras simpáticas ingresan a la cadena simpática y se proyectan hacia el ganglio cervical superior, donde hacen sinapsis con neuronas posganglionares. Posteriormente, las fibras simpáticas posganglionares se proyectan a lo largo de la superficie de la arteria carótida hasta llegar al ojo donde inervan las fibras radiales del iris que abren la pupila.

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Fig. 1

Control del diámetro pupilar. La estimulación de los nervios parasimpáticos excita el músculo pupilar del esfínter, disminuyendo así la apertura pupilar, fenómeno llamado miosis. Por el contrario, la estimulación de los nervios simpáticos excita las fibras radiales del

iris que induce dilatación pupilar, fenómeno llamado midriasis.

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Fig. 2

Cuando la luz ilumina los ojos, las pupilas se contraen. La vía neuronal responsable de este reflejo está representada por las flechas negras que se muestran en la Fig. 1. Cuando la luz incide en la retina, parte de la señal se dirige desde los nervios ópticos a la región pretectal, desde donde los impulsos secundarios alcanzan el núcleo de Edinger-Westphal. , volviendo a través de los nervios parasimpáticos para contraer el esfínter del iris. Por el contrario, en un ambiente oscuro, el reflejo se inhibe, lo que resulta en una dilatación de la pupila.

 

La función del PLR es ayudar al ojo a adaptarse rápidamente a las condiciones de luz cambiantes. Los límites del diámetro pupilar son de aproximadamente 1,5 mm en el lado pequeño y 8 mm en el lado grande. Por lo tanto, debido a que el brillo de la luz en la retina aumenta con el cuadrado del diámetro pupilar, el rango de adaptación de luz y oscuridad que puede producir el reflejo pupilar es de aproximadamente 30 a 1. En otras palabras, hasta 30 veces cambian en la cantidad de luz que ingresa al ojo.

 

REFLEJOS PUPILARES, SISTEMA NERVIOSO CENTRAL Y PUPILLOMETRÍA

El PLR se ha utilizado con éxito para evaluar la capacidad de un individuo para realizar una tarea específica, incluida la conducción de vehículos de motor (Monticelli et al, 2009, 2015). La razón es que el PLR puede verse gravemente afectado por el consumo de alcohol, drogas y especialmente por drogas ilícitas.

 

En este contexto, es esencial considerar la existencia de tres procesos neuronales diferentes que determinan el tiempo de reacción para realizar una tarea determinada: (1) procesamiento de información, (2) programación de la respuesta y (3) control motor de los músculos . Los potenciales cerebrales provocados por la estimulación sensorial (principalmente por la estimulación visual) se ven afectados por las demandas de percepción, mientras que el tiempo de reacción (RT) se ve afectado por la suma de las demandas perceptivas y motoras. Las mediciones separadas, por ejemplo, la latencia máxima de los potenciales sensoriales evocados y la RT pueden o no llegar a conclusiones similares, sin embargo, juntas pueden usarse para discriminar entre fuentes que influyen en el desempeño de la tarea.

 

Los potenciales corticales evocados visualmente ofrecen una medición directa de la actividad cerebral con alta resolución temporal (Hall, 2016). Esta posibilidad se ofrece mediante el registro de PLR, un método no invasivo que indica la actividad de un sistema, en este caso, ubicado entre el diencéfalo y el mesencéfalo, y como se mencionó anteriormente, un sistema que regula las reacciones pupilares.

 

En un ensayo pionero, realizado en 19 sujetos normales, se estudió el PLR en respuesta a diferentes intensidades de estímulo, utilizando pupillografía infrarroja (Ellis, 1981). Los resultados mostraron que el aumento en la intensidad del estímulo se asoció con un aumento en la amplitud y la tasa máxima de contracción y redilatación de PLR. Además, la latencia del estímulo al comienzo de la respuesta disminuyó a medida que aumentó la intensidad del estímulo. Estos resultados permitieron proponer análisis PLR para la evaluación clínica de la función pupilar (Ellis, 1981). Monticelli y col. (2009) propusieron utilizar el PLR para obtener métodos de medición objetivos con respecto a la seguridad de conducción del vehículo que permitirían la recopilación de datos reproducibles, confiables y posteriormente verificables. Para este propósito, individuos sanos (n = 41), así como individuos que estaban bajo la influencia de drogas y / o medicamentos (n = 105) fueron expuestos a diferentes estímulos de luz, y se evaluó su PLR. El objetivo principal del estudio fue evaluar la aplicabilidad y el valor de la pupilografía como un método de medición objetivo para evaluar a las personas con trastornos del sistema nervioso central con respecto a su seguridad de conducción y su capacidad para conducir vehículos.

 

Los resultados mostraron diferencias altamente significativas para casi todos los parámetros evaluados al comparar los dos grupos, por lo que, sobre esta base, mostraron que la pupilografía representaba un método objetivo para medir la función del alumno y que, por lo tanto, podría establecerse como parte de una metodología de rutina para el control policial de los conductores de vehículos. Esta evidencia fue confirmada más tarde por un segundo estudio, realizado por el mismo grupo de investigación, que demostró la fiabilidad de PLR ​​como un indicador de medicamentos anteriores y / o uso de drogas (Monticelli et al, 2015). De manera similar, a las alteraciones producidas por medicamentos y / o drogas, se ha demostrado que el alcohol también altera las medidas pupilares (Lobato-Rincón et al, 2013).

 

El efecto de la fatiga y la falta de sueño sobre la respuesta de PLR ​​también se ha estudiado ampliamente. Lowenstein, Lowefnfeld 1963 demostraron el uso del análisis de PLR ​​para la evaluación objetiva del cansancio, Morad, Lemberg, Yofe, Dagan, 2000 verificaron que todos los parámetros pupilares diferían significativamente entre estado de alerta y fatiga.

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